Hace muchos años, yo no creía en el amor, me parecía un sentimiento inútil que no me servía de nada, me pasaba el día leyendo, Laura Gallego García con sus Crónicas de la Torre, Memorias de Idhún, Bram Stoker, RL Stine... nada me importaba, me daba igual que la gente viniera conmigo o pasara de mi de un rato. Pero de algún modo me creé un mundo imaginario con mi creativa amiga Aida y la inglesa Eliana, teníamos nuestro propio alfabeto, eran unas chicas brutas, con voz ronca y con cara de enfadadas, pero muy soñadoras, y por esa razón la gente se burlaba de nosotras y decían que creíamos ser sirenas, hadas, o no se qué sandeces... el caso el último año que pasé en el estúpido colegio privado en le que iba, ((fui hasta primero de la eso)) ya me distancié de todo el mundo, todos habían crecido, todas eran iguales, ovejas sigueindo el rebaño de la sociedad, todas bebiendo, fumando, enrollándose con el primero que pillaban... a mi me costó un poco, fue pronto cuando me enamoré, pero duró tres meses, nada más. Después de que cortáramos el heavy enamorado que era se convirtió en el típico chulo, se rapó el pelo, hablaba vulgar, oía música que ni siquiera le gustaba... fue triste. Después de la experiencia primero de la ESO, en su misma clase fue un suplicio, no creía en nada, me sentía sola y perdida. Enamorada de una persona que ya no existía, intenté buscar el amor en los libros, y me creaba personajes imaginarios que solo dolían más, al pensar que no existían... Y al fin el año acabó y mis padres me permitieron cambiarme de instituto, al público, mucho más cerca de casa. No me costó nada adaptarme, la gente aunque seguían siendo unos borregos de la sociedad era más maja, más abierta y no tan insoportablemente insulsos y pedantes. VALE
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C-E-N-S-U-R-A-D-O
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